Wednesday, November 28, 2007

LA SILLA DEL EVANGELICALISMO CONTEMPORÁNEO


Un artista chileno llamado Iván Navarro, quien ya expuso sus obras en la Saatchi Gallery on-line, hizo esta maravillosa escultura (ver foto) que me tomé la libertad de interpretar y de darle un significado verbalmente articulado... algo que a los artistas contemporáneos tiende a serles en extremo desagradable (perdón Iván... quien quiera que seas). Como pueden ver en la foto, es una silla hecha con tubos fluorescentes... ¡encendidos! (otro día hablaremos sobre el arte contemporáneo... no es el tema ahora).

No pude evitar asociar esta escultura al movimiento evangélico contemporáneo. Me explico: una de las ilustraciones que más me gusta del método de Evangelismo Explosivo (EE) es la de la silla, la cual dice que la fe salvadora en Cristo es como sentarse en una silla, ya que uno deposita todo el peso de su humanidad en la silla al sentarse y deja de sostener el propio peso sobre las piernas. Dicha ilustración nos enseña que la fe verdadera en Cristo es así también: es necesario dejar de confiar en uno mismo y depositarse por entero en las manos de Cristo, pero a veces uno pone solamente sus finanzas en las manos de Dios (ahí uno coloca la billetera sobre la silla), otras veces uno pone su familia en las manos de Dios (ahí uno pone una foto de su familia sobre la silla), pero la vida de uno sigue sin descansar en Cristo. La aplicación es obvia: la fe salvadora consiste en colocar todo lo que somos en las manos de Dios (y ahí, finalmente, uno se sienta en la silla).

Concuerdo 100% con la ilustración de la silla de EE (considerando el punto que quiere enfatizar). Lo que quiero criticar es otra cosa, que me parece extremadamente decepcionante: gran parte de la fe que ofrece el movimiento evangélico contemporáneo - lo que aquí yo llamo de "evangelicalismo" - se parece muchísimo a la escultura de Iván Navarro: tiene mucho brillo, mucho gas, se le puede ver de lejos en una noche oscura, pero no es viable sentarse en ella. De hecho, depositar mi humanidad sobre esa silla puede ser en extremo peligroso, ya que puedo terminar con severos cortes. ¿No es así el movimiento evangélico de estos días? Estamos llenos de brillo. Pero nuestro sistema de pensamiento no es capaz de sostener consistentemente el peso del ser humano integral: emociones, voluntad, cuerpo y mente. Tenemos una categoría específica en los Grammy. Nuestros CD's, DVD's y libros venden tanto que todos los años aparecemos en el New York Times. Entre los videos más visitados de youtube están los cantantes y predicadores evangélicos, entre los cuales se incluye a aquel pobre, extremadamante manipulado y entrenado niño predicador, quien debería estar jugando con monitos de peluche en vez de hablando estupideces acerca de una teoría científica de la cual se nota que quien lo entrenó no sabe nada (
http://www.youtube.com/watch?v=b8SHX7qfZf8).

Pero, ¿qué cantamos en nuestros CD's? ¿Qué mostramos en nuestros DVD's? ¿Qué doctrinas enseñan nuestros libros? ¿Podemos decir que tenemos un sistema sólido de creencias? ¿Podemos decir que la fe de los evangélicos del siglo XXI es consistente, coherente, viable y realmente desafiante para el hombre moderno como lo eran las enseñanzas de Jesús? ¿Qué dirían Spurgeon, Wesley, Whitefield, Lewis, Kuyper, Owen o Trumbull sobre el movimiento evangélico de nuestros días? Es triste pensarlo, pero creo que muchas cosas les avergonzarían. Muchas de verdad. Y una de ellas sería claramente la falta de profundidad. Creo que en Chile, gracias a la misericordia de Dios, aún estamos predicando a Cristo y que la decadencia materialista del evangelicalismo norteamericano o brasileño aún no ha inundado nuestra cultura evangelical... pero falta poco para que así sea. En general, aún cantamos: "ven a Él, pecador" y no "ven al pastor, oh deudor" (aunque el "Pare de Sufrir" está conquistando terreno cada día). Pero una vez que el pecador arrepentido se acerca a Cristo y cree en Él, sus alternativas son (1) someterse a una subcultura evangélica irracionalista e inconsistente o (2) "descarriarse" al decepcionarse y negarse a ser sometido a una subcultura tan intelectualmente pobre e irrelevante.

Nuestro sistema evangélico de vida está en crisis... o tal vez sólo se están haciendo evidentes los hoyos que tuvo desde inicios del siglo XX. El tema es que no les estamos ofreciendo a las almas sedientas de verdad la verdad integral, sino sólo parcelas de ella y, más encima, torcidas. Quien quiera sentarse y depositar su vida sobre la fe del evangelicalismo actual no podrá hacerlo sin horrendas consecuencias. O, entonces, esa persona tendrá que hacer como que se sienta, pero sin hacerlo en realidad. Me explico: dejar afuera del culto el cerebro, abandonar la prudencia y el sentido común al momento de oír sermones, tener un sistema de pensamiento contrario a Cristo (naturalista, marxista, pragmático, liberal, izquierdista, derechista, etc.) en el quehacer profesional, científico y político, pero confesar que "he recibido a Cristo en el corazón" en el día tal, del año tal a tal hora, son sólo ejemplos de esta inconsistencia a la cual me refiero. Y, de esta manera, hacemos como que nos sentamos, pero no nos sentamos porque no somos tan tontos y porque en el fondo sabemos que comprometernos de lleno con la sub-cultura evangélica contemporánea es suicidio intelectual.
¡Ah! Por cierto, la escultura de Iván Navarro se llama: "La Silla Eléctrica"...
¡Gracias Iván por inspiración concedida!