Los gobiernos autoritarios temen a los creyentes verdaderos porque ellos tienen un parámetro superior y absoluto por el cual juzgar todas las leyes y acciones humanas, aunque estas procedan de un rey, de un presidente, de un parlamento o de quién sea. Nada, ni siquiera algo que ha sido aprobado por la voluntad de un 50% + 1 debe ser obedecido por un cristiano, si es algo que va contra las órdenes de Dios. Y el cristiano lo sabe muy bien.
La Palabra de Dios promete persecuciones contra los cristianos y cada vez más hostiles a medida que el fin se acerca. Los valores torcidos y mal comprendidos del mundo contemporáneo son los mismos valores y beneficios que nosotros (los cristianos y, más específicamente, los protestantes) un día proclamamos y enseñamos a la sociedad: respeto por la dignidad humana, libertad de conciencia, tolerancia hacia los que piensan distinto, gobiernos democráticos en los países, etc. etc. No siempre fuimos coherentes en la práctica con estos valores (son valores mayores que nosotros), pero sí siempre estuvieron implícitos en nuestros principios. Son los valores cuya cáscara ahora es usada, curiosamente, contra el cristianismo para llamarlo de "ideología peligrosa". Los principios religiosos que eran la raíz y sustento teórico de esos valores, fueron cortados y ahora esos valores… o lo que quedó de ellos son usados, dentro de una lógica contradictoria, para perseguir a los cristianos.
El mundo contemporáneo olvida que:
a. No hay dignidad humana sin la fe en que el hombre fue creado por Dios y es imagen y semejanza de Él. Olvidan que la dignidad humana no tiene mucho futuro como concepto si nos igualamos a las amebas o a los babuinos.
b. No hay libertad de conciencia sin la fe en que Dios ha revelado Su voluntad absoluta en la Escritura para que nosotros usemos nuestra libertad para obedecerla. Olvidan que el mismo concepto de libertad implica en un camino correcto que debe ser seguido.
c. No hay tolerancia real sin la fe en una verdad absoluta a partir de la cual debatir y juzgar, con respeto, qué opiniones son correctas y qué opiniones son falsas para así producir un debate fructífero. Olvidan que el relativismo y el escepticisimo no son tolerancia y que, de hecho, la destruyen.
d. No hay verdadera democracia sin la fe en que el hombre, que es pecador y cuya naturaleza está caída, necesita frenos en el ejercicio del poder. Olvidan que la democracia es sólo la menos mala de las formas de gobierno, no la más perfecta, y que aún en democracia pueden existir ("y existen" diría Foucault con firmeza) métodos de control de conciencia.
Todos los valores que pseudo-pensadores como Pedro Lemebel, Dan Brown, Pamela Jiles, Richard Dawkins, los columnistas del The Clinic y muchos otros están vomitando contra los cristianos, son los valores que el mismo cristianismo les sirvió en la boca. Son valores que sin la fe en Cristo y en las Escrituras como Palabra de Dios no pasan de cáscaras vacías, estuches de hierro sin nada adentro, pero que esclavizan y encierran a la sociedad en los totalitarismos más inusitados. Totalitarismos tales como mandar callar a los que defienden los derechos del no-nato, denunciar y encarcelar a quienes enseñan que la homosexualidad es una perversión, denigrar injustificadamente la integridad personal de alguien que cree que hombres y mujeres, iguales en dignidad y condición, deben ocupar funciones diferenciadas en la familia, en la iglesia y en la sociedad.
Los liberales modernos no pasan de hijos ingratos y rebeldes con un surto de pataletas irracionales que no conducen a ningún bien concreto para nadie, ni siquiera para ellos mismos.
Decir que son como Satanás les queda grande… decir que son como el Doctor Malito (archienemigo de Austin Powers que resultó ser su hermano gemelo, hijo de Nigel Powers) tal vez sea más cercano a la realidad…
La Palabra de Dios promete persecuciones contra los cristianos y cada vez más hostiles a medida que el fin se acerca. Los valores torcidos y mal comprendidos del mundo contemporáneo son los mismos valores y beneficios que nosotros (los cristianos y, más específicamente, los protestantes) un día proclamamos y enseñamos a la sociedad: respeto por la dignidad humana, libertad de conciencia, tolerancia hacia los que piensan distinto, gobiernos democráticos en los países, etc. etc. No siempre fuimos coherentes en la práctica con estos valores (son valores mayores que nosotros), pero sí siempre estuvieron implícitos en nuestros principios. Son los valores cuya cáscara ahora es usada, curiosamente, contra el cristianismo para llamarlo de "ideología peligrosa". Los principios religiosos que eran la raíz y sustento teórico de esos valores, fueron cortados y ahora esos valores… o lo que quedó de ellos son usados, dentro de una lógica contradictoria, para perseguir a los cristianos.
El mundo contemporáneo olvida que:
a. No hay dignidad humana sin la fe en que el hombre fue creado por Dios y es imagen y semejanza de Él. Olvidan que la dignidad humana no tiene mucho futuro como concepto si nos igualamos a las amebas o a los babuinos.
b. No hay libertad de conciencia sin la fe en que Dios ha revelado Su voluntad absoluta en la Escritura para que nosotros usemos nuestra libertad para obedecerla. Olvidan que el mismo concepto de libertad implica en un camino correcto que debe ser seguido.
c. No hay tolerancia real sin la fe en una verdad absoluta a partir de la cual debatir y juzgar, con respeto, qué opiniones son correctas y qué opiniones son falsas para así producir un debate fructífero. Olvidan que el relativismo y el escepticisimo no son tolerancia y que, de hecho, la destruyen.
d. No hay verdadera democracia sin la fe en que el hombre, que es pecador y cuya naturaleza está caída, necesita frenos en el ejercicio del poder. Olvidan que la democracia es sólo la menos mala de las formas de gobierno, no la más perfecta, y que aún en democracia pueden existir ("y existen" diría Foucault con firmeza) métodos de control de conciencia.
Todos los valores que pseudo-pensadores como Pedro Lemebel, Dan Brown, Pamela Jiles, Richard Dawkins, los columnistas del The Clinic y muchos otros están vomitando contra los cristianos, son los valores que el mismo cristianismo les sirvió en la boca. Son valores que sin la fe en Cristo y en las Escrituras como Palabra de Dios no pasan de cáscaras vacías, estuches de hierro sin nada adentro, pero que esclavizan y encierran a la sociedad en los totalitarismos más inusitados. Totalitarismos tales como mandar callar a los que defienden los derechos del no-nato, denunciar y encarcelar a quienes enseñan que la homosexualidad es una perversión, denigrar injustificadamente la integridad personal de alguien que cree que hombres y mujeres, iguales en dignidad y condición, deben ocupar funciones diferenciadas en la familia, en la iglesia y en la sociedad.
Los liberales modernos no pasan de hijos ingratos y rebeldes con un surto de pataletas irracionales que no conducen a ningún bien concreto para nadie, ni siquiera para ellos mismos.
Decir que son como Satanás les queda grande… decir que son como el Doctor Malito (archienemigo de Austin Powers que resultó ser su hermano gemelo, hijo de Nigel Powers) tal vez sea más cercano a la realidad…
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