Wednesday, July 05, 2006

DENOMINACIÓN NORTEAMERICANA FINALMENTE APRUEBA PASTORES HOMOSEXUALES PRACTICANTES

A continuación reproduzco la traducción de un post del Dr. Agustus Nicodemus Lopes (traducido por el Rev. Fábio Bezerra) que fue publicado en su blog "O Tempora O Mores".
Pensemos al respecto...
Materia transmitida en la Christianity Today Newsletter, de 28.06.2006, firmada por David E. Anderson, informa que, en el último día 20 de junio, después de un acalorado debate de más de tres horas, la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA) - el más grande ramo del presbiterianismo en esta país – aprobó, para entrar en vigor inmediatamente, por 298 votos contra 221, la moción encaminada, después de cuatro años de estudio, por la “Fuerza Tarea sobre Paz, Unidad y Pureza en la Iglesia”, que permite la ordenación al pastorado de candidatos al ministerio homosexuales practicantes, por decisión de las congregaciones de sus 173 presbiterios locales.

Antes que todo, necesito aclarar que esta denominación norteamericana no tiene nada que ver con la Iglesia Presbiteriana de Brasil, de la cual los autores de este blog
[1] son miembros.
En realidad, la IPB ha rechazado consistentemente en la últimas décadas todas los esfuerzos oficiales de acercamiento con la Presbyterian Church of the United States (PCUSA), hechas de ambos lados.
No voy a decir que me quedé estupefacto, sorprendido o choqueado con la decisión tomada finalmente por la asamblea general de la PCUSA durante la semana pasada, de aceptar pastores homosexuales y pastoras lesbianas practicantes. No estoy sorpendido porque ya era esperable que tal cosa sucediera, más tarde o temprano pasaría. Desde luego, las decisiones que habían sido tomadas por esta denominación en las recientes décadas no podrían llevar a otra cosa sino a decisiones como esta. La decisión de la semana pasada, fruto de 30 años de estudios, es el resultado de la elaboración de varios conceptos y presuposiciones que a lo largo del tiempo fueron, lentamente, siendo introducidos en el alma de la denominación, formando irreversiblemente su manera de pensar y actuar.
Todo comenzó cuando la PCUSA pasó a tolerar que el liberalismo teológico fuera enseñado en las instituciones teológicas, las cuales son responsables por la formación teológica de sus pastores. El liberalismo teológico retira toda la autoridad de las Escrituras como Palabra de Dios, introduce el concepto de que ella es fruto del pensamiento anticuado de las generaciones antiguas y que trae valores y conceptos que ya no pueden ser aceptados por el hombre moderno. Así que, coloca la Biblia abajo de la crítica cultural. El paso siguiente fue la aprobación de la ordenación de mujeres cristianas al ministerio, en la década de los 60, basados exclusivamente en el argumento de que los textos bíblicos que imponen restricciones al ejercicio de la autoridad eclesiástica por parte de la mujer cristiana eran culturalmente condicionados y, por lo tanto, impropios para nuestra época, en que la mujer ha alcanzado todas las posiciones de autoridad.
El argumento que ha sido usado desde hace décadas por los defensores del homosexualismo dentro de la PCUSA sigue la misma línea. Los textos bíblicos contrarios al homosexualismo son vistos como resultado de una cosmovisión cultural anticuada de los escritores bíblicos, reflejando los valores de aquella época. Especialmente los textos de Pablo sobre el homosexualismo (Romanos 1 en lo particular) son entendidos como condicionados por los prejuicios de la cultura antigua y por la falta de conocimiento científico que, según los defensores del homosexualismo, hoy ya se comprueba que ser gay es genético, no siendo, por tanto, algo considerado como desvío moral o pecado. Ya que la cultura moderna más y más acepta el homosexualismo como normal, llegando aún a reconocer el matrimonio entre ellos en algunos casos, ¿Por qué la iglesia, que debiera siempre dar el primer ejemplo de tolerancia, aceptación y amor, no puede recibir homosexuales como miembros comulgantes y pastores? Este fue el argumento que finalmente prevaleció, pues la decisión permite que homosexuales practicantes consideren su elección sexual como una cuestión secundaria y no como materia de fe, sujeta a la disciplina eclesiástica de la denominación.
No estoy afirmando con lo anterior que todos los que defienden la ordenación de mujeres necesariamente son defensores de la ordenación de gays y del matrimonio de homosexuales. Tengo buenos amigos que defienden lo uno y abominan lo otro. Estoy solamente diciendo que, en ambos casos, el argumento usado para la aprobación dentro de la PCUSA fue el mismo: lo que los escritores bíblicos dicen sobre estos asuntos no es válido para los días de hoy y, por lo tanto, la iglesia debe guiarse por aquello que sea culturalmente aceptable, políticamente correcto y que forma parte del sentido común.
Existe una valiente minoría dentro de la PCUSA que hace mucho ha luchado contra la introducción de estos conceptos en el seno de su iglesia. Ahora, contempla con tristeza la derrota que golpea su puerta. Aunque, no se sabe qué decisión ellos tomarán. Las opciones no son muchas, en todo caso. Mi corazón se entristece por ellos. Quienes tienen el interés y leen inglés, pueden visitar el sitio de unos de los grupos de resistencia dentro de la PCUSA:
www.layman.org.
No debemos pensar que este sea un problema restringido a aquella denominación americana. Las mismas presuposiciones que los llevó a tomar esta decisión ya están actuando en Brasil, comenzando por los seminarios e instituciones de enseñanza teológica que ya han sido victimas del método histórico-crítico de interpretación, del liberalismo teológico, del pragmatismo y del relativismo. El campo está siendo preparado en Brasil para que brevemente evangélicos pasen a considerar a la homosexualidad como siendo un tema personal y secundario, abriendo con ello la puerta para la ordenación de gays y lesbianas practicantes al ministerio de la Palabra. Creo que la única medida preventiva es no dejar la legitimidad y aplicabilidad de los valores y enseñanzas bíblicas para todas las épocas y culturas. Esto nos permitirá hacer siempre una crítica de la cultura a partir del referente que es la Palabra inspirada e infalible de Dios. La Biblia ha pasado a ser juzgada por la cultura. Será difícil para liberales, neo-ortodoxos, neo-pentecostales y otros grupos en Brasil, que de maneras distintas colocan la cultura sobre la Biblia, resistir a la presión. Quien viva, lo verá.
[1] http://tempora-mores.blogspot.com/

2 comments:

Anonymous said...

Soy miembro de la iglesia presbiteriana en México y soy estudiante del seminario por extensión. La mayoria de mis profesores que son pastores, son formados en esa telogia liberal, no creen que moises haya existido y no creen en los milagros de Jésús, es más yo creo que algunos ni creen en Jesús.
En ese ambiente la posición feminista de ordenacion de pastoras es muy fuerte, yo soy de lo pocos que presenta batalla cuando se trata del asunto, pero veo que estoy no contra un persona sino contra todo un sistema de pensamiento teologico que ha desbancado a la Biblia como fundamento biblico. Y contra eso no hay mucho que yo pueda hacer, sin embargo Dios me ha puesto claro mi misión en ese lugar de volverles hacia la Biblia y me propongo seguir hasta que me corran o Dios diga que ya.
www.geocities.com/aronb
Hno. Antonio Baca

Anonymous said...

Cielo y tierra pasara, pero Su Palabra jamas, está escrito y por mas justificaciones teologicas que quieran agregar, Su Palabra se sostiene sola sempiternamente...